Reconocernos como parte de la naturaleza es mucho más que simplemente pasar “tiempo al aire libre”; se trata de sintonizarnos con ello. Es entender que somos el ecosistema que habitamos, que funcionamos de la misma manera y que somos parte de sus ciclos.
Somos nuestro ritmo, nuestro camino, nuestra naturaleza.
Ritmo
Se trata de reconocer nuestro reloj interno, escuchar nuestros propios tiempos y procesos para hacer las cosas. Así como cada planta crece a su propio ritmo y tiene necesidades diferentes para hacerlo, las personas también lo hacen. Ir a nuestro propio ritmo significa reconocer y abrazar nuestra singularidad. Cada uno de nosotros tiene un reloj interno que dicta cuándo estamos listos para avanzar y cuándo debemos hacer una pausa y reflexionar. En CASIA todo avanza lentamente porque queremos hacer las cosas bien (con compromiso, respetando nuestros valores), al igual que escribir este blog, donde creemos que es importante hacer una pausa y pensar en lo que queremos comunicar.
Forma
Para florecer se requieren raíces, valores, creencias y convicciones sólidas. Cuando miramos una planta, un árbol, una flor, apreciamos su forma sin juzgarla, la vemos tal como es. No tenemos ojo crítico; Aceptamos su forma de crecer, sus irregularidades, el paso del tiempo. En Casia queremos verlo todo de esa manera. Es una observación consciente de los materiales naturales y un aprecio por el paso del tiempo.
Naturaleza
La naturaleza es nuestra maestra silenciosa, una guía que nos reconecta con lo que somos. Cuando no sabemos cómo volver a nosotros mismos, podemos seguir los pasos de la naturaleza.
Por eso diseñamos nuestras piezas de forma artesanal y elegimos trabajar como lo hacemos. Respetamos los ritmos y formas de la propia naturaleza porque somos naturaleza.
Cada material natural tiene su propio lenguaje visual, olfativo y táctil. Hacemos nuestro trabajo con ilusión porque nos inspiramos en los materiales que utilizamos y su recorrido de principio a fin.
Al observar el mundo natural, podemos ver que no hay dos hojas idénticas ni dos copos de nieve idénticos. Cada árbol, animal y paisaje tiene su propia singularidad y belleza singular. Esto nos recuerda que la diversidad y la singularidad son fundamentales en el tejido de la vida.
Compartimos una analogía que fue fuente de inspiración en nuestra campaña de concientización ambiental.
"Contemplar una pieza es más que ver la copa de un árbol; se trata de apreciar sus raíces, su evolución. ¿Quién podría negar su majestuoso paso del tiempo? Cuanto más envejece, más imperfecto, más robusto, más sombra ese árbol proporcionará."
"Las raíces no están en el paisaje, ni en un país, ni en un pueblo; están dentro de ti." - Isabel Allende
Cuando decimos que somos naturaleza, se trata precisamente de apreciar y reconocer la singularidad de cada persona y de todo lo que nos rodea. Estas son nuestras raíces y motivación en Casia .
Cuando nació CASIA , estábamos decididos a crear una marca de la que pudiéramos estar orgullosos, una que estuviera alineada con nuestros valores y nuestra búsqueda.
Al elegir nuestras piezas y unirse a nuestra comunidad, también apoya nuestra ética de trabajo. Eres parte de la observación consciente, de esta forma de ver la vida, de apreciar nuestras piezas tal como son, con sus marcas, su textura, sus matices y su transformación en el tiempo.
Somos la misma naturaleza que la hierba sobre la que caminamos, el árbol al que trepamos o el río en el que nos bañamos. Somos nuestro ritmo, nuestra manera, nuestra naturaleza.